El relato histórico de la industria petrolera nos lleva a través de los vericuetos de la “diplomacia” (mentiras, falsas promesas, chantajes, dobles tratos, presiones políticas, intimidaciones y robos injustos) de la tierra y el petróleo iraquíes, codiciados por todas las naciones, pero especialmente por una Gran Bretaña imperialista, Gran Bretaña, industrializada y sin petróleo, que ha interferido en los asuntos internos de Irak e Irán durante casi un siglo, seduciendo, engatusando y extrayendo concesiones, una tras otra, sobre la base de promesas incumplidas y bajo la amenaza de un puño de hierro oculto en un guante de terciopelo.
Con el descubrimiento de ricos yacimientos de crudo en Irak e Irán, se ha mantenido un estado de conflicto prolongado con Estados Unidos y ambos países durante los últimos 95 años.