Se han familiarizado con las circunstancias del sexo. Son padres. Han hecho todo lo que han podido. Pero nunca han aprendido sobre sexo. Nunca han entendido lo básico. Ha llegado el momento de que un libro como éste llame la atención de los médicos, porque un público despierto les exige ahora, como preservadores y directores de la vida fisiológica, una orientación explícita sobre todo lo que concierne a la profesión médica, sin omitir los detalles íntimos, complejos, largamente tabuados y desdeñados de la vida sexual y la procreación.