Lo que la mayoría de los investigadores nunca se han molestado en examinar son los antecedentes de los 22 abogados que en realidad estuvieron a cargo de la investigación diaria y de la preparación del informe final, y que filtraron los datos entre bastidores hasta los grandes nombres que pusieron sus firmas en el informe. Los hechos demuestran que había una importante presencia judía en este nivel de personal que podría haber tenido un impacto sustancial en el manejo de cualquier prueba de la participación del Mossad o de las conexiones del Mossad que se sometieron a escrutinio durante la investigación, suponiendo que la declaración de la Liga Antidifamación (ADL) de B’nai B’rith, de que -los judíos estadounidenses son sensibles a las preocupaciones del Estado de Israel- sea cierta.
Que conste que este autor no cree en la teoría de que todos los judíos estadounidenses sean necesariamente partidarios de Israel o estén obligados a serlo. De hecho, para reiterar lo que ya se ha dicho aquí, algunos de los críticos más abiertos de Israel y sus males han sido estadounidenses de ascendencia judía.