A pesar del gran poder que ejercen sus líderes ocultos, he descubierto que sólo un grupo tiene el derecho de vida y muerte sobre los médicos estadounidenses de nuestra nación.
Esta conspiración ha dado lugar a un deterioro comprobado de la salud de nuestros ciudadanos. Ahora estamos muy abajo en la lista de las naciones civilizadas en cuanto a mortalidad infantil y otras estadísticas médicas importantes. He podido documentar las espeluznantes acciones de estos magnates que no sólo planifican y provocan a sangre fría hambrunas, depresiones económicas, revoluciones y guerras, sino que también obtienen enormes beneficios de su manipulación de nuestro sistema sanitario.