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Moisés el egipcio
Es un hecho que ningún país en ningún lugar del mundo ha conocido tal longevidad y estabilidad en su veneración hacia un solo Creador. Siglo tras siglo, milenio tras milenio, dinastía tras dinastía, ya sea menfita, tebana, saita, etiópica, hicsa o tolemaica, el culto de Ptah simbolizó la creación de todas las cosas y todos los seres vivos.
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La Gran Hipótesis
Esbozo de una historia del monoteísmo desde los orígenes al fin del mundo
El Origen, con O mayúscula, es el Origen de cada uno de nosotros, de todos, de todo: del cielo y de la tierra, de sus recipientes y de su contenido! Ya seamos creyentes o ateos, nuestros pensamientos, al menos una vez, se han dirigido a este Origen común y único, y a su Creador, ya sea que se llame Dios, o simplemente “casualidad”, como podría ser decretado por alguien que ha vivido sólo una parte de su vida sin tocar la otra.
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La extraordinaria vida de Pitágoras
La presentación en esta obra de la excepcional vida de un sabio como Pitágoras puede parecer incongruente o extraña para los lectores que en los volúmenes anteriores descubrieron los acontecimientos remotos que se perdían en la noche de los tiempos. Sin embargo, no es más que una apariencia engañosa, porque nuestro héroe, a pesar de haber nacido griego, se convirtió a los veinte años en un puro espíritu egipcio en el sentido propio de la palabra.
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La astronomía según los Egipcios
Al inicio de los tiempos, cuando el hombre fue suficientemente inteligente para observar los movimientos de los puntos luminosos en el cielo, apuntó con atención lo que ocurría ahí arriba. La reflexión le llegó y meditó sobre varias influencias certeras, como la del Sol de día, y la Luna de noche que cambiaba regularmente de forma. Se convenció pronto que los otros puntos luminosos, aunque infinitamente más pequeños, eran casos similares. Ello tomó miles de años, por supuesto, lo que debemos admitir de entrada para mejor comprender el mecanismo.
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El zodíaco de Dendera
El concepto antiguo, y sin embargo verídico, parece ser para nuestro mundo cada vez más imperceptible, e incluso erróneo para la humanidad actual. El Alma, si es que esta noción espiritual aún tiene algún significado, ya no posee esta esencia que unía el hombre a su Creador, lo que en tiempos de las primeras dinastías faraónicas era lo esencial que marcaba a los seres civilizados. Actualmente, totalmente rechazada por cuatro quintas partes de la población del globo, la Creación Divina sólo subsiste como una estructura a reconstruir para la fracción restante, mañana ya no será más que una hipótesis aleatoria.
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El libro del más allá de la vida
La intuición de los egiptólogos en cuanto al valor de este Capítulo XVII, estaba bien hecha para despertar la curiosidad de los investigadores. Ello suscitó muchas esperanzas que desgraciadamente se desvanecieron a lo largo de las décadas que siguieron en las ediciones sucesivas de este texto, impropiamente denominado “Libro de los Muertos”, ya que fueron una desgraciada escritura “falocrática” como se diría hoy.
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La trilogía de los orígenes II
Los supervivientes de la Atlántida
Después del “Gran Cataclismo” que sumergió a Ahâ-Men-Ptah, la “Tierra Antigua de Dios”, tragándose con ella a millones de criaturas humanas, no quedó nada, excepto un mito legendario, traído de Egipto por Solón, retomado luego por Platón en el “Timeo” bajo el nombre genérico de Atlántida. Pero ningún historiador ha mirado a los supervivientes de este Edén desaparecido, que fueron rechazados desprovistos de todo, en Oriente, en las costas de un país que se convirtió desde ese día: “Ta Mana” “La Tierra del Entorno”, nombre que ha permanecido hasta hoy ya que es el nombre árabe de Marruecos: “Maghreb-el-Aksa”.
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La trilogía de los orígenes I
El gran cataclismo
El Gran Cataclismo es la narración de la historia de los antepasados de los primeros jeroglíficos de Pêr-Ahâ (que se convirtió en faraón en la fonética griega) que significan “Descendientes del Anciano”.