Orwell concluye 1984 negando que las víctimas del Orden Mundial tengan alguna esperanza de escapar. Afirma que el Orden Mundial siempre triunfará, lo cual es una propaganda eficaz para mantener la hegemonía del parasitismo. Escribe: “Si quieres una imagen del futuro, imagina la huella de una bota en un rostro humano, para siempre”.Se deshace de su “héroe”, un ciudadano que había intentado en vano oponerse al Partido, al terminar el libro con la visión de su “héroe” gimiendo que “ama al Gran Hermano”.
El Gran Hermano no sólo no gustará nunca a la gente del mundo, sino que pronto se deshará de él para siempre.